Los mbyas, mbyás o mbya guaraníes (en mbya: mby'a) son una fracción del pueblo guaraní que habita en Paraguay, sur de Brasil y en la provincia de Misiones en Argentina.
Una pequeña comunidad emigrada hace pocas décadas se estableció también en Uruguay.
Junto a los avá chiripás y a los paí tavyterás los mbyás pertenecen al grupo genérico guaraní de los cainguás, ka'ynguas o monteses.
Fotografía: Orembaé
POBLACIÓN
Ocupan un extenso territorio de Norte a Sur en la Región Oriental siendo uno de los pueblos indígenas con mayor proporción de población con respecto al resto. Se ubican estratégicamente en las cabeceras de los principales ríos como el Paraguay y el Paraná aprovechando la topografía como defensa natural. Éste, es otro de los pueblo indígenas en Paraguay transfronterizo, que en el país se ubican en en los depatamentos de San Pedro, Concepción y Canindeyú; Caaguazú, Alto Paraná y Guaira y Caazapá e Itapúa. La Población total en el país es de alrededor de 21.422 habitantes, siendo proporcionalmente mayoritarios extendiéndose sus comunidades por más departamentos que el resto de los pueblos indígenas (DGEEC 2013).
ORGANIZACIÓN SOCIAL
Las aldeas se conforman a partir de una familia extensa que constituyen unidades de producción y consumo con una jefatura política y espiritual propia ejercida por el tamoi (“abuelo”) quien es ayudado por otros, los yvyraija. El liderazgo puede ser ejercido tanto por mujeres como por hombres y como las sociedades más grandes y no indígenas, tienen normas establecidas que al ser trasgredidas son sancionadas con distintas clases de penas ejerciendo su derecho consuetudinario claramente y reconocido por el Estado.
Un rasgo que caracteriza al Guaraní es su continuo enfrentamiento a la hegemonía del mundo colonial y su resistencia a la asimilación a las sociedades nacionales. El concepto guaraní de cultura, como forma de organizar una conciencia de la diferencia, se convirtió en un instrumento de resistencia a la colonización a lo largo de la historia de este pueblo (Rehnfelt 2000).
ECONOMÍA
Tradicionalmente, los y las mbya han practicado la agricultura. Actualmente, su economía se basa en la agricultura de subsistencia (con cultivos de maíz, mandioca, batata, habas, porotos, lentejas y zapallo), complementada por las actividades de caza y recolección, además de realizar trabajos en las estancias vecinas. Como se mencionaba en los otros pueblos, el modelo agroexportador extractivista implementado en Paraguay ha forzado el desplazamiento de los pueblos indígenas, cercándolos a un uso más restrictivo de su territorio y un limitado acceso todos aquellos recursos naturales para su reproducción material y cultural. Para la mayoría de los pueblos indígenas, el monte, el agua, la tierra, y todos los seres vivos que conviven con la naturaleza no constituyen mercancías intercambiables y su destrucción implica la destrucción de cualquiera de estos elementos fundamentales para la vida y el fin del hombre; por eso mismo, para esta visión integradora de la naturaleza, la tierra no es un mercancía como tampoco el monte o el agua. Realizan danzas y oraciones para garantizar las cosechas y los productos de las chacras deben ser compartidos y repartidos para todos los miembtos de la comunidad.
TRADICIONES – RELIGIÓN
Ñe´emongarai es la ceremonia principal donde son bendecidos los cultivos tradicionales que se cosecharon y donde son bautizados los niños nacidos en ese período. El calendario agrícola, la atribución de nombres y las bendiciones se vinculan relacionando el ciclo vital de la naturaleza con el ciclo vital de las personas.
Actualmente, los Mbya Guarani del Paraguay están padeciendo el avasallamiento territorial a causa de la imposición del monocultivo de la soja. La deforestación de las selvas que supieron habitar impacta directamente en su hábitat tradicional, y por ende, en su cultura. Pese a esto, los Mbya Guarani muestran en este volumen las formas que tienen de conservar su cultura, que incluye una práctica ecológica y un sentido humano de la vida.
Opy’gua es el líder espiritual que se encarga de curar con plantas medicinales, atraer las lluvias, predecir el futuro, propiciar buenas cacerías y cosechas, dirigir los cantos y danzas rituales y dar nombre a los recién nacidos.
Según la religión Mbya, Ñande Ru, el credor, creó cuatro seres: Karai (dueño del fuego y de las ramas), Jakaira (dueño de humareda vivificante y de la primavera), Ñamandú (dios del sol) y Tupa Ru (dueño de las lluvias, el trueno y el rayo); estos cuatro seres y sus respectivas esposas, no fueron engendrados por eso no tienen omgligo y son reconocidos como ipuru’a eyva.
Su mitología cuenta la primera tierra destruida, yvy tenonde, por un gran diluvio donde las personas virtuosas ascendieron a los cielos y las otras, que no lo eran, ascendieron pero tranformados en insectos y animales. Uno de los hijos de Jakaira reconstruyó la tierra a imagen de los habitantes del paraíso, siendo los y las mbya descendientes directos de una mujer que vivñia en el centro de la tierra, el Guaira, y un Dios.
Bibliografía
Hozzászólások